MIS PRODUCTOS PREMIUM: SISTEMAS | EL DOMINIO PÚBLICO

Ningún derecho reservado

La propiedad intelectual es una propiedad especial. A diferencia de la propiedad ordinaria, los derechos de autor tienen una duración limitada en el tiempo. Finalizado el período de protección, la obra pasa al dominio público, pudiendo ser utilizada por cualquiera.

Una obra en el dominio público puede ser copiada, distribuida, emitida, interpretada, traducida, exhibida gratuitamente.

Sin embargo, no es fácil saber con certeza cuando las obras han pasado al dominio público. No existe un registro oficial que consultar, y al final nos encontramos con un fatigoso proceso de investigación. Por ejemplo, la novena sinfonía de Beethoven se encuentra en dominio público, pero no las grabaciones recientes en CD.

Así pues, ¿cuándo una obra cae en dominio público?

En España, en la actualidad, el derecho de autor expira a los 80 años de la muerte del autor. La Disposición Transitoria Quinta de la Ley de Propiedad Intelectual establece que para aquellos autores fallecidos antes del 7 de diciembre de 1987, será de aplicación la Ley de 1879, por lo que el plazo de protección durará toda la vida de éste y ochenta años tras su muerte o declaración de fallecimiento.

La cuestión se complica aún más cuando nos encontramos en nuestro país con obras de autores extranjeros. El plazo de protección de una obra no europea será el establecido por la ley española siempre que éste no sea superior al plazo de protección del país de origen del autor. Sin embargo, en el caso de obras de autores europeos, la reciente sentencia del Tribunal Supremo de 13 de abril de 2015 confirma la aplicación del principio de no discriminación entre nacionales comunitarios, lo que significa que el plazo de protección en España para los autores nacionales de un estado de la Unión Europea será idéntico al establecido para los autores españoles. Conclusión: la obra de Chesterton no entrará en dominio público en España hasta el 1 de enero de 2017, aunque en Reino Unido ya puede ser utilizada por cualquiera.

Decía James Boyle que el dominio público no es el residuo pegajoso que queda cuando todo lo bueno ha sido cubierto por leyes de propiedad. El dominio público es el lugar donde extraemos los ladrillos para construir nuestra cultura.